martes, 24 de abril de 2012

Los patos II


Los patos y la felicidad: hay unos patos que, de cabotaje
entre otras terrazas y la isla de enfrente, pasan silbando
por mi terraza, y se anuncian corriendo duros, exactos y
nocturnos. Hay personas que son tan, pero tan, brutas,
como mi vecino, que no los ven: porque no saben oírlos;
es que no saben que son sirirís que hacen un ruido
amable siempre a la misma hora entre otras terrazas y la
mía, para despedirse de alguna laguna y cruzar el brazo
del Paraná que todos vemos (y volver igual mañana: los
patos a este recorrido y todos, aún los visitantes, a mirar
ese río increíble).

viernes, 20 de abril de 2012

La Acacia y el artista


El artista está parado bajo la acacia de enfrente de
casa. “Brazo doblado en forma de asa” (como diría
otro mejor artista, amigo del artista). Apoya un pie
sobre la pared a modo de descanso como harían las
cigüeñas. Pero él, no descansa. Lo que este artista
no sabe es que, en la copa ruidosa del árbol, viven
durante el día los tordos que dripean la vereda,
al estilo del accionismo pictórico pero en versión
orgánica. Lo primero que veo desde mi ventana, es
la manera explosiva en que los tordos bombardean
las Adidas del artista, dejando su efluencia volar
desde 9 o diez metros de altura. Y todo parece un
gag televisado entre el alféizar y el taparrollo. Los
tordos acechando con su potencial somático y
sonoro la risible estampa del artista.

sábado, 14 de abril de 2012

Escritores y floreros, 3/9/11

La convención, la puesta en escena, la conferencia.
Los charlistas profesionales. Me siento una negra en el
cuerpo de una rubia. Ser los ingleses de Latinoamérica.
Dicen que en toda Latinoamérica se escucha nuestra
música, que somos los más colonialistas de las
colonias. Que si los argentinos pudiéramos tener
un imperio, no lo abandonaríamos nunca. No me lo
puedo creer. Son infumables las conversaciones de los
escritores. Nunca creen que otros sean capaces. Una
mesa enorme en “El Globo”, luego de las conferencias,
me ofrecía: 4 mujeres a modo de floreros, pero que
por su ínfima belleza no llegarían a ser ni decorativas;
un funcionario y 5 escritores. Y yo, que no era ni un
florero, ni un escritor. Yo muda, a fuerza de apoyar mis
manos en mi boca para no hablar. Trabas mecánicas
para no ser lo salvaje que soy. El funcionario derrocha
palabras lúcidas y controversiales. Mi espíritu criminal
se serena con el justificativo de salir a fumar, antes
de explotar dardos de combate. Fumo, salgo a fumar
“antes que exploten los edificios”. Cuatro escritores
de 35 años, bastante precoces y solemnes. Trabajan
duro. Trabajan. Y “el escritor”, con los modales de un
orangután, con el perdón de los simios más lúcidos,
sentado al frente de la mesa imperial, añejando un
escarbadientes con tal destreza pocas veces vista,
afirma que la comida peruana es de las peores del
mundo y la mejicana, con sus pastiches hediondos,
de las mejores. Explicándonos a todos cómo Carlos
Fuentes lo convocó a su residencia en el Escorial, junto
a su séquito de noveles escritores descollantes, a comer
entre Goya y el Greco. Confiesa, minutos antes de
concluir su retórica bigotuda, que no supo acompañar
esta indefinida propuesta del bont vivant mejicano, y
todavía se pregunta cuáles fueron sus propios límites
para no lograrlo. Y pienso, rápido, fascistoide, y
tremenda: “pero cómo no vas a fracasar, si hace horas
que en esta comida, te debatís entre chupar el cuchillo
con la lengua, entre seguir raspando la fuente del arroz
con pollo, en lamer la cuchara del flan con dulce y en
seguir escupiéndole el plato a tu vecino”. Pido auxilio,
para no hablar, pido que me tiren una soga para salir
de esta mesa ridícula de la sociabilidad de la “cultura”,
me quiero ir a mi casa. No conozco a nadie. Me acuerdo
de mi paisaje, que cada vez decido ver menos pero
en el que cada vez pienso más. Pienso mucho mi
paisaje, mis colores. Sufrir y divertirme tapándome
la boca para no hablar. Rescátenme de acá. Cuántas
veces todos estos han compartido el paisaje. Para
nadie es un tema, la sensibilidad está infravalorada.
No sé muy bien con cuántas personas podré hablar
de esto. “La cuenta por favor”, grito, no grito, la pido
sacudiendo el brazo. Cien por bocha. OK. Taxi, a Chile
y Chacabuco. Nos peleamos porque confieso aburrirme
mucho. Me combaten por mi confesión, hasta que
Bruce Springsteen y State Trooper (Mix), con Nebraska
(1984) hacen que la noche termine para empalmar
con I Don’t Know What To Do de Peter Yorn & Scarlett Johansson.

jueves, 12 de abril de 2012

“¿Qué diferencia tiene la cumbia con el cuarteto?
Que nosotros somos cabecitas negras del interior y la
cumbia está en Buenos Aires.”
Carlos “La Mona” Jiménez


Hacen crecer un ciprés en un balcón.
En la araucaria jurásica del centro de manzana
zurea una del campo
(me acuerdo de Los Eucaliptus, de Arminda y el calor)

En mayo sale a la venta VIKINGA CRIOLLA de Lila S.

reflexiones, relatos y poemas acumulados por distintos paisajes universales.


¡Qué felicidad!

Diseño del libro Georgina Ricci
Foto de tapa Lila S.

más novedades pronto.