jueves, 26 de septiembre de 2013

Temporada


Llevo a Julio Vanzo de copiloto, hace meses que me muevo con él. De acá para allá con su obra gráfica, a la caza del rastro de su pincel, que ya aparecerá; ya llegarán las pinturas de Vanzo. Cargo el auto con los acolchados del invierno para llevarlos a lavar en seco, y activar ya sí los procedimientos más tradicionales del hogar: ver como vienen las plantas, renovar pintura, restaurar cortinados y enviar a tintorería los abrigos para que, cuando lleguen los próximos fríos, estemos equipados con cierta pulcritud. Se organizan las alfombras y se despejan los pisos para rejuvenecer su lustre. Refrescaremos todos los rincones de la casa. Vendrán el electricista, el pintor y la cortinera. Replicaré aquello que aprendí de mi abuela, que tan claro se vislumbra en mi casa hoy: -la casa tiene sus temporadas, hay que estar preparada-. La casa se expande y se abre en verano, y se contrae y se enlentece en inverno. Bloqueamos la mitad de la casa con los fríos y en verano su compacidad es el universo completo. No hay ni adentro ni afuera, la casa en verano es reversible como un guante. La casa, nuestra casa, es biónica y sensible. La cortinera me dijo hoy que me ofrecía una nueva cortina con vainillas que iría mucho mejor con mi look romántico, rematando con una pregunta:
-¿Decime Lila, sos abogada?-
-No Graciela, no soy abogada y tampoco romántica-
La semana avanzó de modos extraños: leí en voz alta un tratado del dibujo que tiene como médula espinal dos textos asombros: 6 propuestas para el próximo milenio de Calvino y Sobre el dibujo de Berger. Descubrí nuevas lecturas que ya largaron, que van desde El buen tono de Lina Sotis Al rayo de sol partido de Fernando Callero; y con esta última lectura me quedo pensando qué si el poema fuera un verano sería éste, el de Callero, atomizado de zonas mundiales, de estallidos viciosos de amor, de torbellinos enervantes y alucinados. Con Callero compartimos cierta afición por atender a los pájaros: nerviosos y discretos, los llama y, al revertir la página 141, me encuentro ante una confesión sedienta y tierna: escribir una novela larga este invierno xq sino los pensamientos se pudren.
Siguen los pintores en casa: la cocina gris cubista y la caja de la escalera blanca; suena la VIDA,
-¿qué radio es la que suena?-
-LA VIDA- me gritan los tres.
Se viene el verano y una pinta la casa o, más bien, ellos pintan mi casa. Sí el verano fuera un poema, o sí el poema fuera un verano, estaría inscripto en todas estas 185 páginas raquídeas de exaltación parsimoniosa del poeta navegante Callero.  Arturo aparece con la pregunta:- ¿Cuándo escribiste esto?,¿ hacía frío o calor?-  Sé perfectamente dónde estaba y que estación del año era cuando escribí algo. Y es cierto hay escrituras más cobijantes que otras, hay escrituras que requieren el amparo y otras que necesitan la lontananza de la parábola a cielo abierto, la desprotección tan propicia del verano, tan regalado de generosidad este verano y allí están los poemas de la obra reunida de Callero: Al rayo de sol.
Descubro a Callero y me descubro; él me dice lo que no sé de mí pero intuía:

Hola Fernando, ahora sí puedo agradecerte sin intermediarios por varias cosas (no sabía q escribiéndote acá te llegarían mis mensajes, lo hubiera hecho en su atinado momento):
a. tus palabras en el intro prólogo de la selección de poetas santafecinos: hermoso por todo lo que me toca, por honrar mi trabajo con tus palabras amorosas y por atender a Expansiones como fuente de información, entonces dobles gracias en este primer punto
b. tu precioso dibujo colorido matero y amistoso, ese día de la presentación me hubiera encantado estar, y compartir , pero algunos quehaceres domésticos maternales me lo han impedido, pero que hermosa es la poesía, que permite que uno este sin permanecer, no? o sea estoy yo con mis poemas, estás vos con tus libros, dibujos y canciones y nos podemos ir a la mierda, que seguiremos en nuestros trabajos, entonces muchas gracias por tu dibujo, y aprovecho para decirte que combina perfectamente con mi rincón matero pop, en breve foto.
Y para ir cerrando te quiero felicitar por el nuevo libro, por el cual tengo una ansiedad dulce y amena así que cuando lo lea, sin apuro, algo volverá a este modo de comunicación 
un abrazo, espero verte pronto!
Lila
….

Muchas gracias Lila, me gusta mucho cómo componés poemas, vienen de otra galaxia, con un manierismo raro y brillante, esas formas de adjetivar, como la que usaste recién "matero y amistoso", "dulce y amena", me encanta. Un abrazo fuerte
Fernando


Pienso en Callero, en Damián, en Francisco, en Alemián, en todos los poetas que aún no me odian, y quiero que no me odien nunca. Quiero que, estos cuatro, si no me festejan, al menos puedan ser mis copilotos, o que sigan lejos, para que no se resientan por mi inquietante ser subversivo/insolente/desleal/estival/temporal/festival.
Lejos y siempre unidos en el verso geminado.

jueves, 19 de septiembre de 2013

Semana de mixing

Nos juntamos el viernes con el equipo editorial y operativo de ANUARIO. Nos animamos a aseverar cambios drásticos para nuestros proyectos venideros. Para poder seguir estando en estado de error, de derrape, de intriga sobre nuestras propias ideas, las ajenas y las comunes. Sobre las ideas comunitarias. Conversamos del cierre, de un texto espinal que nuevamente no será propio sino antiguo, moderno, clásico en el que podamos tercerizar toda nuestra osadía en palabras elegantes. Las reuniones se hacen en el Bar Real, pero esta vez nos movimos a la vuelta a Jekyll y Hyde, xq nuestra tradicional sede es un éxito gastronómico de la ciudad. Allí, en la esquina de Mitre y Zabala, fuimos atendidos con esmero y profesionalismo durante 4 horas. Almorzamos copiosamente y luego derivamos en las rondas de café de sobremesa, hasta la hora del té, que también tomamos. (Hubo sobre nuestra mesa un Carpani y me recomendaron, también, aumentar el tamaño de letra de este blogg). Somos siempre los mismos, de vez en cuando un invitado, un colado bienvenido, un número vivo para nuestro rigor, pero esta vez el núcleo duro de ANUARIO no tuvo visitas. Se está pensando en el modo en que podremos o no captar fondos, en el modo en que este coro enorme, disonante y siempre laborioso de cuenta de nuestro estado. Un estado de  autores, lectores y editores que se inscriba en el presente como posibilidad de espacio y de acción. Hacemos ANUARIO para reunirnos y conversar, para debatir subidos de tono siempre. Se hace un libro, para justificar nuestras trifulcas. Recuerdo que hace algunos meses el cuerpo del hombre infernal chapoteaba en la Laguna del sauce y al salir del agua chorreando caían teros de sus hombros, para laurear el amor, y allí me enamoraría más. Ese día supe, y recuerdo claramente lo prístino de agua y la arena abrazando todo, que  para los dos y para el mundo aquello fue un flechazo. Que las cosas se hacen para poder justificar la existencia de los proyectos. Se hace el amor o se hacen libros para poder seguir haciéndolos y que se hagan cada día mejor por la fuerza del empirismo, o por la propia heurística. Así es como a cada paso se decreta la existencia de algo. Es frecuente que activemos mucho más cuanto menos actuemos, tenemos que meditar a cerca de nuestros inventos, proyectos, y deseos, para madurar lo que se instala en nuestra hemoglobina sensible y se nos irá de las manos. Así todo ACCIÓN-ACCIÓN-POR LA REVOLUCIÓN, me cantaba mi madre con ternura en los 80´s.
Ha sido  una semana de diversas, opuestas y muy desconcertantes correrías;  a parte de siestas santafecinas, libros, nuevos espacios, mudanzas breves, también hubo frente a mí un cordero macerado durante 12 horas en mi plato junto a una terrine que a cada bocado me ofreció una sorpresa, como si a cada golpe de enter se abriera un nuevo verso universal (sitando a Wandzik).  El fin de semana llegó con la entrada de Jesi Bur a casa para maquillarme la cara y peinarme una cola de caballo sobre mi cabeza que me transfiguraría en otra. El poder de los colores y las formas en mí. ¡Soy un Mondrian mi dios santo redentor!  Voy a una fiesta con dress code, en la que todos desoirán el modo de vestimenta. Nadie acata órdenes. Yo opto por el negro, los brillos leves de la plata y la falda larga. Alejandro Pont Lezica haría todo para que aquel llamado de etiqueta, que esta ciudad puede acompañar, se vuelva realmente glamoroso. Un vinilo tras otro a un ritmo exacto de púa, doble, coro de púas. Púas en mis oídos, y trajín para mis stilletos. Escuché Sex bomb por Tom Jones y tantos temas que permitieron que el cuerpo solivie el peso de la night. Uno baila para enamorarse y baila para olvidarse, se baila para que la frivolidad asuma nuestro torrente sanguíneo y que todo el colágeno de mis vecinas de pista corra riesgo de derrame. 

jueves, 12 de septiembre de 2013

Santa Siesta Revolucionaria


CAMPEONATO SUDAMERICANO JUVENIL DE DEPORTES ACUÁTICOS - ARGENTINA 2009
Sedes
Santa Fe
El emblema de Santa Fe, Puente Colgante iluminado en la noche.




Estoy flotando en una pileta mirando un pedazo de espinillos que se llama La vuelta del paraguayo, es otra de las tantas lenguas de barro que conforman mi paisaje congénito. Se toma liso desde las 11 de la mañana. Se reúne con la burocracia local. Se conversa del amor, de las lecturas, del estado de las vías navegables, de los viajes. El sopor es inaudito para la primera semana de septiembre en el cono sur. Aún no se ha despertado la primavera y faltan tres meses para el verano. Se duerme la siesta xq no hay otro modo de subsistir, al igual que en Santiago del Estero: o salimos a dar vueltas en taxi con aire acondicionado o nos vamos a dormir la mona para evitar ver como caen los gorriones muertos desde los lapachos en flor. Los he visto, he visto como caían los gorriones, desde lo alto de las copas floridas de los lapachos, explotando como granadas sobre las lajas; tanto en la zona de los Guaycurues como en la de los Colastiné. En Santa Fe se podría escribir un tratado sobre la siesta, en la que hombres y bestias se esconden en prevención del asoleo. Martín de Moussy ha llegado a decir que la siesta reinaba despóticamente en la ciudad dormida y Estanislao Zeballos: ..Parece una ciudad de muertos porque todo el mundo cierra su puerta y duerme una siesta patriarcal. Todo buen santafecino comienza a dormir la siesta obligada en octubre, pero para estos inicios de septiembre no queda otra. William Mac Cann se refería en 1847 diciendo que la cantidad de personas que dormían bajo los árboles, en las huertas, y en los suburbios, causaba una extraña impresión…de pausa para la vida del comercio, en cambio activo cuchicheo íntimo entre sábanas. Las siestas se viven, dormidos, pero se viven, se reproducen, aumentan según la intensidad de grados Celsius en ambiente. En palabras de Seguí, justificando esta práctica de descanso obligado durante el día: se puede probar que las siestas eran poéticas,  pues se confunden con los recuerdos de los tiempos pastoriles, en que los dichosos dormían y se adoraban (estás palabras no son de Seguí), al vago murmullo de las aguas, bajo la anchurosa sombra de un alcornoque.
Una vez superada la terciana me sorprendería, a la tardecita, visitando la feria del libro de Santa Fe en la que descubrí nuestros propios libros de Yo soy Gilda. Los libros son así, dejan de pertenecerte y deambulan; por eso es lindo hacer libros. Las ferias están buenísimas, pululan todos los agentes. ¡LISO POR FAVOR! Lisos que se van en sorbos. Cada sorbo un segundo menos de calor… no miento; cada sorbo 30 segundos menos de calor. Cada liso 7 pesos. Se camina por la costanera, notamos que se camina más que en Rosario, pero se corre menos. Hay menos running en Santa Fe. Notamos que el río es otro, claro que es otro, pero tiene otro modo de presentarse; el nuestro, nuestro Paraná, es una guasada; este es un río paquete, mesurado. Cuando cae la noche nos sentamos en la esquina de las calles Castellanos y los 7 Jefes a tomar el cuarto liso de la última hora, frente a un puente, y a otro. Aprendo palabras como tirante, pilón, tablero; el mundo a flote y en tensión para sostener un puente que es un símbolo del choreo criollo. Fulano se chorió un puente completo, me dicen. Pienso: ¿dónde habrá metido el puente, habrá decorado su jardín? ¿Tendrá metido el puente en su living? Es hermoso sentarse a mirar un puente y entender que allí todo es física, artesanía y política. Casi todo lo que nos rodea en las ciudades podría definirse mediante esta triada. Me quedo tildada con el nombre de la avenida costanera los 7 Jefes que, según aprendo un rato más tarde, eran mancebos revolucionarios de la tierra: Lázaro, Diego, Rodrigo, Ruy, Diego, Pedro y Francisco. Mancebos y revolucionarios: excelente. La primera revolución independentista del mundo sucedió en Santa Fe; Lázaro de Venialbo fue su héroe y mártir.
¡Liso y siesta para todos!
escuchar más acá:

martes, 10 de septiembre de 2013

todas nuestras difíciles juventudes




Draga mi falda el manuscrito de Nuestra difícil juventud, mientras viajo a 180 kilómetros por hora sobre el extenso manto de agua que duerme bajo el puente Rosario - Victoria. Mi chofer me acaricia la quijada y una nube negra de tordos boyeros se desprende de la banquina. Son muchas las nubes negras que suben desde el pasto a nuestro paso raudo. Pienso en Horacio Quiroga. Me acuerdo de las fotos de Quiroga, de Quiroga fotógrafo, acentuando de verismo todo aquello que escribió.  Y reviso por centésima vez estos papeles de G y G (Garamona y Grondona);  me quedo mirando unos dibujos en los que aparecen cascotes níveos junto a niñas feligresas de tetitas dulces, líneas  de sapropel  al rescaldo de una pubertad toxigénica, gladiadores lúmpenes del polvo, escenas copiosas, trepidantes. Bonetes y libros esnifados, libros como máscaras,  pájaros inventados de vuelo cetrero y cautivo. Chicas marineras de melenas lacias y señoritas conspicuas  acompañan el encierro de G y G. Leo en este trabajo “Se fugan/muchachas/ desaparecidas” y, más adelante, también   “Las ropas/que el agua/ acercó,/años atrás, podridas”, o “el cabo de / su/ cuchillo/ en la /matriz/ de una/ vikinga”. Me atrevo a deducir que entre Grondona y Garamona hay un quantum energético de navegantes al que me enloquece espiar, en este viaje alquímico de micciones y trasvasados.  Lloro y eso no es nada frente al lenguaje grafítico en Moebius que acompaña estas páginas. La extensión de las rayas de G y G puede medirse en versos o en líneas, en dibujos: inconmesura de una cartografía envidiable. Lo escrutable: las páginas, los caracteres, la compacidad del libro, de la materia. Una materia que, por momentos, a lo largo de esta difícil juventud que organizan G y G, tiene forma de gaviota inflada a sangre, plumífera; o tiene la pompa de espacios lujuriosos, o  dimensiona  la piel de los océanos y los terrenos amplios de nuestra lontananza.  Todo cabría en una red cargada de días astillados de sol y noches duras. Francisco y Vicente podrían ser dos rabdomantes, a quienes invitar a casa una tarde para inhalar humo de rocas lunares en trío.  Mi gratitud de ante mano.


NUESTRA DIFÍCIL JUVENTUD: una obra a dúo que reune poemas de Francisco Garamona y dibujos de Vicente Grondona. Ya se consigue en el Club Editorial Río Paraná, y en ferias y librerías!
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Nuestra difícil juventud
Selecciones Ivan Rosado, 2013
136 pgs.