martes, 19 de noviembre de 2013

Irse un rato



Hace rato que ando con la idea de incendiar un bosque con algunos libros, o que esos libros dejen de ser un bosque asesino para convertirse en ceniza, en pampa fértil. Si. Que la leña vuelva a ser árbol, y que los libros valgan por un bosque, también. Y volver a tener otro bosque, traslúcido de sauces. O seamos un bosque gregario y pelágico tan generoso que cobije en su abismo todo nuestro delirio, nuestro alucine. En donde no falte ni cindor, ni whisky, ni galletitas sonrisas, y con estas tres cosas ir tirando.
Leo el texto del catálogo de la exposición Pinturas Luis Ouvrard recuerdos del Perigord, escrito por Mónica Castagnotto que es fastuoso. Que me transporta a la Aquitania, a cuándo comencé a escribir en Francia para no morirme, sobre la Duna de Pilat ante un mar ideal para las tragedias. A ciertos campos y bosques solariegos. Mónica cuenta, entre otras cosas, de qué modo el pintor superpone en su pintura la figura a un magma que avanza identificable como la pampa húmeda, y no como fondo. Ambivalencia, avance, isovalencia y retroceso, ¿cambio de paradigma formal? Es decir, pone el jarrón con flores mustias y coloridas sobre una alfombirta, y detalla el campo plagado de vacas Charolaise pastantes.


-En sus imágenes el campo no se asume como fondo, sino como zona de contacto que permite al pintor montar un  florero, una mesa o frutos sueltos en una articulación enrarecida entre un paisaje y una naturaleza muerta que se animan a dialogar.- nos explica la autora. Contacto, naturaleza muerta parlante, campo. Yo pienso que el modo de estar en el paisaje es como el de estas pinturas, viendo crecer un bosque o viendo avanzar la pampa.
De un paisaje al que hay que llegar, para estar. Cuando una lo cruza, lo atraviesa, o ve al otro lado lo mismo, concibe qué es el paisaje extendido. Cuando una se baña en él, más todavía, entonces deja de entenderlo para vivirlo, y cuando una duerme sobre su topografía, no sólo que lo entiende y lo vive, sino que pasa a ser parte de él. Como si una fuerza mutua, entre el suelo y la epidermis, se contagiara allí mediante osmosis amorosa, para ser una sola pieza vital: el lomo de una y el paisaje. En definitiva, todo aquel que quiera saber si ha conocido un paisaje (un lugar), lo que debe hacer es dormir sobre su tierra, en su geografía más inmediata.
Ahora cae a granel un sereno sobre mis antebrazos, y los tuyos. Tengo huesos tibios y la piel helada. Estoy planeando un verano a la intemperie después de las dos y media de la madrugada.

martes, 12 de noviembre de 2013

Sábado


Todavía vive el sol en aguaribay, ocre el cañaveral
las totoras aprietan el agua en que nadamos
podría ser lo mismo abrazarnos que flotar, o
flotamos cíclicamente y nos abrazamos
¡qué alegría!
Este sábado he vuelto a la verdad del verso, a la juventud acechando. Veo atentos fotocromáticos, traslúcidos, ojos de amor que me profesan entre circunvoluciones. El miedo acertadamente resuelto por el telón de la discreción. Felicidades.
Tibios.
Otro festejo: he vuelto a leer testimonios de sabiduría en mis mujeres más adoradas del verso, leo:

Me importa el futuro de los otros
de lo mío los recuerdos

estreno el pulóver que me regalaste
siento que me abrazás

Esta poeta, que me parte al medio el esternón, también se anima a escribir un poema que se llama Los poetas de los días, y repasa una agenda de lectura en la que incluye mujeres vivas y muertas y hombres muertos. HOMBRES MUERTOS. Alejandra Benz me deja pensando que a mí me gustaría escribir estos mismos poemas, pero con los poetas vivos. Un listado que no sea un poema pero que sea una lista de poetas. Una novela con poetas vivos. Escribir una enciclopedia de conocimiento poético, un compendio completo de anuncios, de bestialidades, de desastres sostenidos. Pautas poéticas de conocimiento. Similar a la pauta poética de Virginia Negri, en un cuarto de página en contratapa de UNIÓN Y AMISTAD N°4, anunciando:


Negri confiesa la serenidad. Estas poetas también saben estar en calma.
Mis anuncios, o bien mis agendas, se podrían mover entre trenzas de bufandas y pasos de baile, o en el agite del pecho al dormir en hotel Carlton en beige, o en la calle Libertad hasta las muestras de fotos, o en cómo remar desde nuestro bote amoroso a un cardumen de taruchas atacando mis pantorrillas, o ir hasta otro cardumen de camarones colorados sobre las yemas vetustas por el agua en mares ancestrales milenarios. Detallar la universidad de la vida [sic] C.Castaña.
Para pensar claro, y confundirse, hay que moverse por un poema.
Voy al río a encontrar mis primicias, abro los ojos para escuchar mi universo gateado estrella acebrado, me sumerjo ciega ante el abismo pardo. Tomo nota sobre mis lecturas y en este acervo tengo tres mil poemas por escribir, nado y se fijan en alguna corteza. Leo otras tantas cosas más, mientras un cortocircuito detiene mi asado, un asado con una variadita divina.

GINSBERG, NY 1958

el espejo
   de alguna ventana – al atardecer –
                      donde no tengo deseo alguno – 
de bombones –  o de poseer los trajes o las pantallas
                        japonesas de la compresión


Asado negro, lectura en parrilla. Prender una vela para releer un beatnik; en la penumbra distingo: ¡¡¡pantallas japonesas de la compresión!!!!


lunes, 4 de noviembre de 2013

6 Notas de una semana en que disimulás un poema y no podés parar de escribirlo


1.
Estamos preparando con Ricci, en Yo soy Gilda editora, un libro sobre el rock en Rosario entre 1982 y 1987, escrito por Diego Giordano. Hace algunos meses nos llegan las novedades de Diego, y son cada vez más intensas. Estar cerca de él, y acompañar su trabajo, es casi tan difícil como criar un niño inquieto y talentoso que habla de literatura inglesa o de teorías de física cuántica con sólo 11 años. El trabajo que Diego decide compartir con nosotras oscila entre la candidez más hermosa y la rigurosidad más dura. Su libro está cargado de verdad, de asuntos constatables, ineludibles y profundamente asumidos por su pluma implacable y entrenada. Hay, también, un modo de autobiografía tercerizada en la que Giordano decide contar, desde su métier, la historia de una vida que bien podría ser la de él como la mía. Se cruzan relatos, datos y se cruzan ciudades, se amalgaman lugares, se unen puntos cardinales. Una biopic rockera ochentosa escrita en el 2013. Por ahora decir que definimos la tapa, que tiene ciertas reminiscencias con London calling. Hay algo de Pennie Smith en esta foto que elegimos. Y todo da con el disco debut de Elvis en el 56; no me pregunten xq veo tantas evocaciones alrededor. Definimos esto el martes pasado cuando todavía no llovía. No veo la hora de ver INÉDITO en las librerías, será hermoso, destellará!

2.
Hoy ya siento el músculo de la consagración, aunque no se hable de mí. Libros y discos aluviales. Se atrinchera el material joven sobre mi escritorio, debo mi tiempo y análisis a estos proyectos.
Brindis.

3.
Esta fue una semana en que han chispeado libros, revistitas y discos. La ciudad bloqueada por la lluvia, y a mí me cae material de estudio desde el confín garzo:

-Un pequeño deseo N°22, de Casa Trece, de Córdoba, que se plantea como espacio a partir de una mesa editorial en la que personas, que ensayan crítica contemporánea, se dan el gusto de compartir y poner en circulación sus ideas. Resultado pedestre para pensamiento afilado.Bravo.

-BOOM La revista de Rosario. Antología de Osvaldo Aguirre, que está buenísima.Ya compré este libro para regalar a un viejito amante de la revista BOOM y del Rosariazo. Los textos son impecables, la edición es muy valiosa, los testimonios dan ganas de tomarse un trago con cada uno sus protagonistas. No sé si me gustan tanto las obras de Saldi y Fontanarrosa pisadas con textos, medio pastiche. Esas obras se merecen planos plenos. Hay que tener en cuenta que la gráfica de la revista, de todos sus números, es un chispazo pop tras otro, más que a la vanguardia de la gráfica, está en el filo del movimiento londinense y neoyorquino de aquel momento: un delirio de líneas, lisergia, artistas, fotos, géneros, fiestas, y más fiestas. Para no dejar pasar la sección PARAFERNALIA, en la que la crème de la crème marcaba el ritmo de un paso entre snob y à la page: se hablaba con el mismo talante de música (jerks y frugs), como de géneros de los vestidos usados para una fiesta, como de la ambientación del túnel plagado de jaulas donde bailaban chicas en un evento de Canal 3 cerca del año 69. La BOOM es la revista de otra ciudad, y de esta. Hice dos llamadas por teléfono desde el volante del auto para compartir mi felicidad por este nuevo libro y enterarme de muchos chismes alrededor de aquella revista alucinada. Me hubiera encantado haber inventado BOOM. Todo lo que hago es para suplir esta falla etaria. Tengo una historia personal con la BOOM que, seguramente, algún día será material para este blog. Cada vez que pienso en estos proyectos lo primero que se me viene a la mente es el amor. Ni los planes, ni los programas, ni las becas, ni los subsidios: EL AMOR. ¡Una revista convertida en libro!: algo ha triunfado. La presentación será el próximo viernes 8 de noviembre  a las 19.30 hs. en el Centro Cultural Fontanarrosa. IMPERDIBLE. Osvaldo Aguirre: un prócer.

-ATAUD ATAUD, de Fede Leites, artista, músico, performer, poeta. Ahora música del más allá. Dice ser sólido, duro y resistente,  me mató el tema del árbol rosa, orientalismo litoraleño. Están, ya, sus canciones en mi core, toda mi fuerza contaminada de ATAUD ATAUD.

4.
Subo a ver cómo nos trató la lluvia: los verdes ganan en contraste; los colores prosperan con el agua. Las crasas rebosantes. En este primero de noviembre las rutas quedaron obstruídas durante horas. Deposito arrope de mistol sobre una galleta de arroz. Mastico el vacío de mi corazón y la dulzura de las montañas cordobesas que no he escalado, ni escalaré nunca. Me quedo enganchada en esto durante días, y días; las horas pasan prendidas al espinel de esta idea. No sé usar mis músculos en virtud de lo magro, o a favor de la fuerza, o la distancia y mucho menos de la velocidad. La tonicidad de mis músculos evidencia horas y horas de contemplación pasiva de todos los fenómenos que me circundan. Deberían premiarme por ver, por estar, por observar todo el tiempo. Sólo puedo trepar una montaña en moto.

5.
No fui al cumpleaños de PUNTO, que me dijeron estuvo buenísimo y tampoco a las lecturas en el Club Editorial, que también me dijeron que estuvieron buenísimas, que Ale Benz escribe como los dioses, que Ana lee y lee.  Me muero de ansiedad por UNIÓN Y AMISTAD entre mis manos. En cambio, me quise quedar encerrada conversando y mirando pelis que nunca terminamos de ver. Hoy caminé 10 kilómetros exactos, rumbo a casa de mamá bajo un sol tramontano, para expulsar el demonio de la noche pasada y apagar la maldad con kinesis muscular. Yo no soy mala, el vino me pone mala. Podríamos estar los dos en una toile de Jouy, en una escena pastoril, pueril; y yo, nuevamente, tratando de llevar la inercia armoniosa al tole tole verbal.  Mientras tanto escucho que soy eléctrica, qué mis colores son eléctricos.

6.
Cierro la semana mateando en el Paraná Viejo, viendo a la Rusa con olas de barro en la patela y leyendo suplementos culturales que me traen noticias de Puerto Rico, de Méjico y de Buenos Aires. Me lleno las venas de día en mi estancia montaraz.
Copote dice en uno de sus prólogos que lamenta tener el arma de su sensibilidad siempre cargada, yo tengo una ametralladora entre los dedos sobre el teclado.