martes, 6 de noviembre de 2012

La noche desde la noche: Luis Vignoli



Luis Vignoli relata la noche desde la noche, desde la pista de baile, bailando en la pista. El plano que construye es el del bailante bailando con un gran angular dispuesto entre el pecho y el ojo siempre listo para el disparo, estampando flash sobreexpuesto, con arriesgada cantidad de piel desnuda, una paleta cromática  acotada: relación de colores primarios con secundarios, sin tierras, sin quebrados y profusión de azules noche. Negros  en valores bajos, pero en ajustado contraste de claroscuro, en las fotos B/N.
Los retratados se divierten, se dejan retratar, resuelven deals, posan, se arreglan, se maquillan, se besan, se abrazan y bailan, compartiendo con Luis la posibilidad de no detener el festejo. La banda sonora de este relato podría ser Rock the Casbah de The Clash. Me gusta pensar en este tema, aunque no se ajuste.
Eran los 90´s. Las FM´S transmitían en vivo desde los boliches el rún rún de la noche. No existían los controles de alcoholismo por la DGT, no existían los radares, ni estaba prohibido fumar y se hacía alarde de los tamaños de las motos.  Las chicas llevaban, sin prestarle mucha atención a los crudos inviernos, unos hot-pants de cuero y puperas multicolores para ir a bailar. El pelo se usaba planchado o freezado, pero siempre muy arreglado y en estado de melena desplegada, casi nunca atado. Los géneros de la ropa eran en su mayoría adherentes: chiffón, tafeta y raso elastizados, medias de lycra con brillos y muchos ombligos y espaldas descubiertos. Botas bucaneras también.
Había tarimeras, que eran chicas contratadas para arengar el baile y generar clima festivo.  Se usaban pelucas de cotillón, anteojos negros, mucho maquillaje empastado, body painting y los chicos se ponían mousse en el pelo como primeros atisbos de coquetería masculina aderezada de cosméticos femeninos. Las fiestas eran temáticas, en la mayoría de los casos, así como siempre garantizaban un espectáculo sugerente, mucha preproducción artístico/artesanal.
Yendo a peinar documentos a la Hemeroteca Municipal, para encontrar algunos antecedentes del trabajo de Luis en el contexto local, detecto entre “Monos y Monandas”,  “Gestos y Muecas”, “Ecos de Rosario”  y “BOOM” que la primera vez en que aparece gente bailando es en una foto de 1948 de la revista “Ecos de Rosario” n°60  en la que Fotografía Renom se atreve a ponerle movimientos danzarines a los tan acartonados registros de la vida social de la ciudad. Dandys y flappers con mirada de cera, en riesgo de extinción. Luego vendría un desmadre en las fotos, pero el momento más dionisíaco quedaría de manifiesto en una fiesta organizada por Gollán  en el año 1969 para Canal Tres, llamada “La Noche del Tunel”, en la que el empresario metió gente bailando adentro de dos jaulas suspendidas en lo que luego sería Tunel Manía. Las fotos de esa noche no tienen autor, no tienen firma en la Revista BOOM, puede resultar sencillo averiguarlo, y valdría la pena revisar todo el archivo fotográfico de esta publicación. Stduio54 vendría 8  años después. En Rosario las fotos de la gente bailando acompañan el nacimiento de las discotecas, en su mayoría temáticas y con fuentes de inspiración étnica, hipy, montecarleana y muy balear: Baltazar, Mongo Aurelio, Tunel Manía, Rojo 7000, Los Solares de Rosario, La Escalera, Boîte Caracol, KOKO, entre otras. Habrá que revisar el complejo período ventana de la noche entre 1973 y 1982, me lo debo.
El material de espurio de las revistas de vida social, de la noche y la moda de los años noventa conforma el repertorio de “La Noche” de Luis Vignoli por la EMR, donde el estándar esperado por esas publicaciones está apenas corrido para ubicarse en el sector de lo impublicable. Así es como  Luis comienza a producir un cuerpo de obra a partir del remanente visual de una noche plagada de contradicciones amorosas y visuales, de brillos y sombras, tan propios de aquellos años en que se enmarca este recorte epocal: 1990 y 1998.
Vignoli podría haber disparado, tanto los retratos socialeros vernáculos de Pepe Bárbaro entre los 50 y los 80 como, las primeras imágenes de Cory Kennedy, picados al suelo, como lo hace con una parejita de chicas, flacas y muy jóvenes, mientras abandonan el festejo, descansando en un rincón lejos de las luces y el estruendo de la música, pero diez años antes que Mark Hunter para  The cobra snake, sitio web http://www.thecobrasnake.com/.
Todo el trabajo de Vignoli, aquí editado, es pre Cromagnon, pre Facebook, mientras María Soledad Morales.  “Los noventa me dan miedo” dice alguien en los testimonios de la expo Underdance, en la que Luis exhibió casi la totalidad de las fotos de esta serie en la Biblioteca Alfonsina Storni de Rosario (2011), a mi también me dieron miedo pero no me los perdí. En realidad todo fue menos salvaje de lo que parece.


(Nota trabajé como editora adjunta de este libro, junto a El Centro de Paulina Scheitlin; ambos se pueden comprar en el stand de la EMR $50.-, pronto en todo el país. La Noche y El Centro se presentan el 21/11 a las 19 hs en el CEC,  )

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