viernes, 20 de abril de 2012

La Acacia y el artista


El artista está parado bajo la acacia de enfrente de
casa. “Brazo doblado en forma de asa” (como diría
otro mejor artista, amigo del artista). Apoya un pie
sobre la pared a modo de descanso como harían las
cigüeñas. Pero él, no descansa. Lo que este artista
no sabe es que, en la copa ruidosa del árbol, viven
durante el día los tordos que dripean la vereda,
al estilo del accionismo pictórico pero en versión
orgánica. Lo primero que veo desde mi ventana, es
la manera explosiva en que los tordos bombardean
las Adidas del artista, dejando su efluencia volar
desde 9 o diez metros de altura. Y todo parece un
gag televisado entre el alféizar y el taparrollo. Los
tordos acechando con su potencial somático y
sonoro la risible estampa del artista.

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